 |
|||||
Es cierto que nadie nos educó para ser padres; pero esto no nos evade de la responsabilidad de hacer nuestro mejor papel y sobre todo de buscar siempre nuevas y mejores formas de hacerlo. Como manejan muchos autores de actualidad, estamos enfrentando cambios y situaciones en la sociedad que muchas veces van más allá de nuestra imaginación, vivimos día a día en medio de notas y comentarios de personas allegadas que nos hacen expresar… ¿Pero qué sucede con los chicos de hoy?, ¿En dónde se ha perdido el mundo en el que yo crecí? ¿Cuándo habría imaginado yo hacer algo así? Parecemos vivir horrorizados con la realidad que nos rodea, sin darnos cuenta de la cooperación que hemos tenido en que este viejo, redondo y azul mundo esté como está. ¿Cuántas veces como padres hemos dedicado tiempo a establecer metas, valores y acuerdos de comunicación con nuestros hijos? ¿Cuántas veces hemos sido capaces de reconocer el derecho de nuestros hijos y el propio a sentir y expresar nuestras emociones de manera respetuosa? ¿Cuántas veces nos hemos puesto en el lugar de nuestros hijos al escucharlos para entender mejor sus inquietudes y reacciones? Y ¿Cuántas veces hemos conseguido que ellos empaticen con nuestras emociones y miedos? El ser padres no es tarea sencilla; pero podría ser más fácil si yo mismo entendiese mis propias emociones, mis propios juicios y creencias limitantes, y al ser consciente de ellas, evitar transmitirlas en la educación a mis hijos.
|
|
¿Cuántas veces hemos asumido el papel de apoyo en lugar del autoritarismo o la complacencia para quitarnos de encima el berrinche o el enfado del hijo y la culpabilidad de no saber ser padres? ¿Cuántas veces hemos actuado de una manera poniendo unos límites, y el día que tenemos flojera de lidiar con nuestro hijo, tomamos actitudespermisivas que van en contra de los límites preestablecidos? Este tipo de mensajes encontrados, genera confusión en nuestros hijos e incluso puede llegar a generarla en nosotros mismos. ¿Qué tanto énfasis hemos puesto hasta hoy en conocer nuestras emociones, en entender qué situaciones las detonan y cómo estamos reaccionando? ¿Somos conscientes del mensaje que emitimos a nuestros hijos con cada mal manejo de nuestras emociones, y cómo esto puede afectar la relación padres - hijos al reaccionar de una u otra forma? El ayudar a nuestros hijos en sus primeros años de vida a reconocer sus emociones, el validar sus sentimientos y enseñarles a expresarlos de manera adecuada, nos ayudará a poner límites basados en respeto y reconocimiento de nuestros hijos. Durante la adolescencia, los hijos se dan cuenta que son seres independientes de los padres, y entran en una búsqueda de su propia personalidad; comienzan a comprobarse a sí mismos que son distintos a sus padres; por lo que comienzan a probar con lo que significa y lo que es vivir de manera contraria a lo que hasta hoy ha sido su guía, es decir, la manera de actuar de papá y mamá. En esta época se vuelve más indispensable el entender que el actuar sólo de manera impositiva nos traerá, en la mayoría de los casos, reacciones o respuestas contrarias a lo que solíamos obtener años atrás; es en esta etapa de desarrollo que requerimos afinar nuestra comunicación, exponiendodesde nuestro sentir, lo que esperamos o significa para nosotros el comportamiento y el mundo en general, no tratando de imponer, sino de compartir; por ejemplo en lugar de exigir y de tratar de imponer a nuestra hija utilizar vestimenta pudorosa; podríamos exponer lo que para nosotros significa el pudor, el respeto, la auto valoración y de igual forma la importancia que esto tiene para nosotros; y desde esta forma, hacerle saber a nuestros hijos lo que pensamos y sentimos respecto del tema, decirles que ojalá y esto también pueda ser importante para ellos, en lugar de entrar en riñas y defensa de nuestras posturas. ¿Qué nueva forma de comunicación con tus hijos puedes iniciar a partir de hoy, para obtener el resultado que buscas? |
|||
|
|||||
